El pasado sábado 22 de Marzo, el jóven alcalareño Miguel Ángel Cerquera Hurtado pregonaba, en la Parroquia de la Inmaculada Concepción, la Semana Santa de nuestra ciudad.
Miguel, de espiritu salesiano, quiso finalizar su pregón, con unas bellísimas palabras dedicadas a su Madre María Auxiliadora.
Por gentileza del Pregonero, aquí tenemos el texto dedicado a María Auxiliadora.
Pero para lo que sucede el 24 de mayo, no tengo palabras.
Son tantos los años en los que he ido aprendiendo a amar y a rezar a mi madre
salesiana que el amor que le profeso no sería capaz de describir con palabras,
pero lo voy a intentar.
Desde que un alumno entra en el colegio salesiano, a la
primera que aprende a amar es a la Virgen de Don Bosco. Se empieza aprendiendo
los cantos dedicados a Ella, se sigue con la memorización de los pequeños
poemas que siendo niños le recitamos en su novena. Con el tiempo, van
aumentando las actividades dedicadas a la Madre salesiana, con la fiesta del
día 24 cuando todo el colegio se tira a la calle para anunciar en la caravana
de la alegría que esa misma tarde María Auxiliadora procesionará junto a Santo
Domingo Savio y San Juan Bosco. Conforme se va madurando, uno es consciente de
que la mejor forma de quererla es participando en su novena.
Para muchos, cuando acaba su estancia como alumnos en el
colegio es el momento en el que cesa la demostración de amor hacia María
Auxiliadora, aunque en todos los corazones de quienes han aprendido a amarla
queda grabado su rostro. Pero para otros no es así. Para otros, su entrega es
tan grande que deciden seguir el ejemplo de Don Bosco y dedicar su tiempo a los
más jóvenes, a los que como quien os habla en su día otros jóvenes le enseñaron
a venerar a su Madre. De esta forma, se comienza a formar parte como animador
del Centro Juvenil Ákila, lugar para enseñar en el ocio y el tiempo libre, y se
prosigue como animador de las pastoral juvenil, donde se busca una enseñanza
más profunda en la fe y el amor a Dios y a María.
Pero yo me quedo con un momento inolvidable, y fue cuando
hace dos años, en mi última procesión como acólito de María Auxiliadora, llegó
el momento de su entrada, y, tras estar colocado su paso en el altar, mirándote
a los ojos, Madre, todos comenzamos a entonar el Salve Madre y, cómo no, el
Rendidos a tus plantas. Por todo esto, quiero acabar mi pregón de la misma
forma en la que acabó aquel día:
Rendidos a tus plantas,
Reina y Señora,
cada
quince de agosto tu pueblo te adora.
Te
paseas por sus calles como Patrona
Virgen
del Águila, de Alcalá protectora.
Los cristianos te
aclaman su Auxiliadora,
buscándote
sin descanso cuando hay Dolores
para
que tú, Esperanza,
seas
el remedio a nuestros temores.
Yo tus auxilios vengo
a pedir,
cada
Domingo de Ramos
señora
de San Agustín
cuando
desde tu barrio hasta el centro,
te
veo partir.
Virgen Santísima,
ruega por mí.
Ni
en la más absoluta Soledad
ni
cuando las Angustias afloren
yo
me olvidaré de Ti,
Madre
de mis amores.
De este mar
tempestuoso fúlgida Estrella,
que
iluminas la mañana cada Viernes Santo
después
de haber repartido en la Madrugá tu llanto
Madre
Nuestra del Socorro, de Santiago su seña.
cada vez que te miro eres
más bella,
hermosa
perla salesiana
que
das forma a una Oración
rezada
con un Rosario de amor
cada
Domingo de Palmas.
Guíame al puerto salvo
y feliz,
al ser tu rostro mi faro
por
el que todo lo daría
que
se ilumina por mayo,
Dulce
Nombre de María.
Virgen Santísima,
ruega por mí.
ya
sea por Octubre
como
Rosario celestial
o
cuando te descubres
en
tu divina Trinidad.
En las horas de la
lucha sé mi consuelo,
no
me dejes desfallecer
sé
siempre mi cura,
dame,
Madre, tu aliento,
Virgen
de la Amargura
sé
siempre mi sustento.
y al dejar esta vida
llévame al cielo,
de
donde bajas una vez al año
para
que tu fieles puedan rezarte
para
sentirte Reina y Señora
del
Rocío, nuestra madre.
En cuerpo y
alma me ofrezco a Ti,
pues ahora que
por fin te tengo
nunca te dejaré
ir
ahora que por
fin te tengo
más nada puedo
pedir
solo verte
pasear por las calles
en el mes de
marzo o abril
acompañando a
tu hijo
en lo que está
por venir
y verte, Madre
mía de la Caridad
bajo tu palio,
al fin.
Virgen
Santísima ruega por mí,
que yo te
rezaré a Ti,
aguardando
impaciente
la llegada del
día esperado
cuando todo tu
pueblo
expectante y
entregado
verá cómo te
coronan
después de cien
años
Madre salesiana
de Alcalá
y Auxilio de
los cristianos.
María
Auxiliadora de los Cristianos,
Ruega por
nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario